Defensa Civil

Fundamentos de la Defensa Civil

1. Principio de protección a la vida y la comunidad
La defensa civil se basa en el deber moral y social de proteger la vida humana, los bienes y el entorno frente a amenazas naturales o provocadas por el ser humano. Su fin es preservar el orden, la seguridad y la continuidad de la sociedad ante cualquier emergencia.

2. Derecho Constitucional
La Constitución Política de Costa Rica reconoce el deber del Estado y de los ciudadanos de colaborar en la protección nacional:

  • El artículo 140 inciso 6) otorga al Poder Ejecutivo la responsabilidad de conservar el orden público y la seguridad de la Nación.
  • El artículo 147 inciso 5) impone el deber de promover la defensa civil y la protección frente a desastres.
  • El artículo 50 establece que el Estado procurará el mayor bienestar de todos los habitantes, garantizando un ambiente sano y seguro.

3. Derecho Natural y Responsabilidad Social
Desde el derecho natural, todo individuo y comunidad tienen la obligación de proteger la vida y auxiliar a quienes están en peligro. La defensa civil expresa la solidaridad social, la cooperación y la corresponsabilidad en situaciones que amenacen la seguridad común.

4. Derechos Humanos Universales
El Artículo 3 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos asegura el derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad personal. La defensa civil se articula como una forma práctica de cumplir ese principio, garantizando que las personas puedan vivir en condiciones de dignidad y resguardo frente a riesgos.

5. Fundamento Bíblico
En la Biblia, la cooperación y el auxilio mutuo son deberes morales:

  • Gálatas 6:2: “Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo.”
  • Proverbios 3:27: “No te niegues a hacer el bien a quien es debido, cuando tuvieres poder para hacerlo.”
    Estos principios reflejan la esencia de la defensa civil: servir, proteger y actuar solidariamente ante la adversidad.

Conclusión
La defensa civil es una expresión del derecho natural, el mandato constitucional y el principio bíblico de amor al prójimo. No se trata solo de responder ante emergencias, sino de asumir la responsabilidad colectiva de cuidar la vida, la comunidad y el entorno como un deber cívico y espiritual.